Cada vez más personas escuchan hablar de los pellets de testosterona como una alternativa “moderna” para optimizar los niveles hormonales. Se presentan como pequeños implantes bajo la piel que liberan testosterona de forma continua durante meses, con la promesa de más comodidad que las inyecciones o los geles diarios.
En este artículo veremos qué son exactamente, cómo actúan en el cuerpo, en qué situaciones se utilizan de manera clínica y qué dice la ciencia acerca de ellos.
¿Qué es y cómo actúan los pellets de testosterona y qué posibles beneficios tienen?
Los pellets de testosterona son cilindros muy pequeños, de entre 75 y 200 miligramos, que se colocan bajo la piel, normalmente en la zona del glúteo o la cadera, mediante un procedimiento sencillo con anestesia local.
Una vez implantados, liberan testosterona de forma lenta y sostenida durante un periodo que suele oscilar entre tres y seis meses.
En hombres con hipogonadismo (niveles bajos de testosterona diagnosticados con síntomas), el objetivo es restaurar concentraciones normales en sangre. Esto puede mejorar energía, libido, masa muscular y densidad ósea (Jockenhövel et al., 1996; Pastuszak et al., 2012).
En mujeres, la única indicación reconocida es la disfunción sexual con deseo hipoactivo (HSDD), y solo con dosis fisiológicas y preferiblemente en preparados transdérmicos, no en pellets (Davis et al., 2019).
De interés: Según la guía clínica de la Endocrine Society liderada por (Bhasin et al., 2018) el rango de referencia para testosterona total en varones adultos sanos jóvenes suele situarse aproximadamente entre:
- 300 a 1000 ng/dL
(≈ 10,4 a 34,7 nmol/L, usando el factor de conversión 1 ng/dL ≈ 0,0347 nmol/L).
En el documento dejan claro que los laboratorios pueden variar ligeramente en los valores de referencia según el método de medida, pero que el umbral clínico para definir hipogonadismo suele considerarse < 300 ng/dL (≈ 10 nmol/L) confirmado en dos análisis matinales.
¿Qué dice la ciencia?
Estos son los principales hallazgos científicos al respecto. ¡Resumidos y al grano!
Hombres con hipogonadismo
Los estudios iniciales mostraron que los pellets mantenían niveles de testosterona dentro del rango fisiológico durante varios meses, con un perfil de liberación estable tras un pico inicial (Jockenhövel et al., 1996).
La testosterona alcanza un pico rápido (~49 nmol/L en 12 h) y luego se mantiene estable unas semanas antes de descender gradualmente hasta valores bajos hacia los 300 días
Esta liberación prolongada es una de las principales ventajas frente a otras formulaciones de testosterona, que suelen requerir aplicaciones diarias o inyecciones más frecuentes. (Bhasin et al., 2018).
Los pellets subcutáneos destacan por una liberación prolongada de 3 a 6 meses, mientras que las demás formulaciones requieren aplicaciones diarias o inyecciones más frecuentes
Investigaciones posteriores confirmaron que con 10 a 12 pellets era posible sostener niveles adecuados, siempre ajustando la dosis al índice de masa corporal (Pastuszak et al., 2012; McCullough, 2014).
Con 10–12 pellets se alcanzan picos más altos que con 6–9, pero ambos grupos caen a ~300 ng/dL en torno a los 100 días. La línea discontinua marca el valor de referencia
Por otro lado, un ensayo clínico aleatorizado realizado en 75 hombres comparó pellets de marca y compuestos. Ambos alcanzaron la misma eficacia y seguridad, lo que sugiere que funcionan igual cuando están bien fabricados.
Sin embargo, los compuestos no cuentan con aprobación regulatoria y su calidad depende de cada laboratorio, lo que añade incertidumbre. Los efectos adversos más comunes son complicaciones locales poco frecuentes y la eritrocitosis (aumento de glóbulos rojos), que requiere controles periódicos.
Las complicaciones son poco frecuentes: ~3 % de extrusión, ~1 % de infección y ~7 % de eritrocitosis
Mujeres
El consenso internacional señala que la testosterona solo debe usarse en mujeres para tratar la disfunción sexual con deseo hipoactivo. En este caso, la vía recomendada es la transdérmica, ya que permite mantener dosis fisiológicas y ajustables.
Los pellets no se recomiendan porque producen niveles poco predecibles, aumentan el riesgo de acné, hirsutismo (crecimiento de vello), alopecia androgénica o cambios en la voz, y además son difíciles de retirar si aparecen complicaciones (Davis et al., 2019; ACOG, 2023).
El consenso internacional respalda únicamente la indicación de disfunción sexual con deseo hipoactivo (HSDD) con preparados transdérmicos; no hay soporte para pellets ni para otras indicaciones
Uso en deporte y culturismo
En el ámbito deportivo no existen ensayos en atletas o culturistas que evalúen la eficacia de los pellets sobre fuerza, hipertrofia o rendimiento. Su uso en este contexto se considera dopaje, ya que cualquier forma de testosterona exógena está prohibida por la Agencia Mundial Antidopaje (WADA) salvo autorización médica específica (TUE, Therapeutic Use Exemption).
Desde el punto de vista práctico, los pellets no ofrecen ventajas respecto a las formas inyectables y, de hecho, son menos flexibles: una vez implantados no se pueden retirar ni ajustar fácilmente. En culturismo, donde la manipulación de dosis es habitual, esto representa más un inconveniente que un beneficio.
Análisis crítico de los estudios
La mayoría de los datos en hombres provienen de estudios de farmacocinética y de series clínicas retrospectivas. Aunque confirman que los pellets son eficaces para mantener niveles fisiológicos, solo existe un ensayo clínico aleatorizado con una muestra pequeña y un seguimiento limitado.
Faltan estudios más grandes y a largo plazo que evalúen resultados clínicos como salud cardiovascular, función sexual o masa muscular.
En mujeres, las recomendaciones de consenso son consistentes y claras: restringir el uso de testosterona a casos de disfunción sexual con deseo hipoactivo, en dosis fisiológicas y vía transdérmica. Los pellets quedan fuera de esta indicación por la dificultad de controlar los niveles y por los riesgos añadidos. En el deporte, la evidencia científica es inexistente y el marco normativo los prohíbe, por lo que cualquier uso se encuadra en dopaje.
Conclusiones
Los pellets de testosterona son una opción eficaz para hombres con hipogonadismo diagnosticado, capaces de mantener niveles hormonales estables durante varios meses y con un perfil de tolerancia aceptable cuando se utilizan bajo supervisión médica.
- No aportan ventajas claras frente a geles o inyecciones, aunque sí la comodidad de evitar aplicaciones frecuentes, a costa de una menor flexibilidad para ajustar dosis.
En mujeres, las principales sociedades científicas limitan el uso de testosterona a la disfunción sexual con deseo hipoactivo mediante preparados transdérmicos, descartando los pellets por falta de control y seguridad.
Por último, en el ámbito deportivo, los pellets no tienen respaldo científico ni normativo, están prohibidos por la WADA y no ofrecen ventajas prácticas frente a las formulaciones más comunes.