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La sacarina es uno de los edulcorantes artificiales más antiguos y conocidos. Utilizada durante más de 100 años, ha sido ampliamente investigada por organismos como la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA).
👉 Pero una pregunta clave sigue siendo: ¿es lo mismo que sea segura que saludable?
En este artículo exploraremos la evidencia científica para despejar dudas.
¿Qué es la sacarina?
La sacarina y sus sales de sodio, calcio y potasio (E 954) son edulcorantes no nutritivos, es decir, aportan dulzura sin añadir calorías ni valor nutricional. Su popularidad como sustituto del azúcar se disparó en los años 60 y 70, especialmente en productos dirigidos a la pérdida de peso y el control glucémico.
Propiedades principales
- No metabolizable: la sacarina no se descompone en el cuerpo y se excreta principalmente a través de la orina.
- Baja en carbohidratos.
- Aprobada internacionalmente: ha pasado varias revisiones de seguridad por organismos como la EFSA y la FDA.

¿Es la sacarina segura? Opinión de la EFSA
🫡En noviembre de 2024, la EFSA publicó un dictamen científico actualizando la ingesta diaria admisible (IDA) de la sacarina de 5 mg/kg a 9 mg/kg de peso corporal al día ✅. Este aumento se basó en la reevaluación de estudios previos y nuevos datos.
Hallazgos clave de la EFSA
- Riesgo cancerígeno descartado: aunque estudios antiguos asociaban la sacarina con tumores de vejiga en ratas macho, ahora se sabe que estos resultados no son relevantes para humanos.
- Sin daño genético: los datos muestran que la sacarina no afecta el ADN.
- Consumo seguro: incluso las estimaciones más altas de exposición en la población europea están por debajo de la nueva IDA.
Sin embargo, que sea segura dentro de los límites establecidos no significa que sea saludable, especialmente cuando se analiza su impacto a largo plazo en la salud metabólica.
La EFSA analiza exhaustivamente los aditivos alimentarios para determinar si son seguros. Su evaluación incluye:
– Estudios toxicológicos: para detectar posibles efectos adversos.
– Análisis ADME: verifica cómo el cuerpo absorbe, metaboliza y elimina el aditivo.
– Cálculo de la IDA: establece la cantidad máxima segura que puede consumirse diariamente.
En el caso de la sacarina, la EFSA concluyó que no representa riesgos para la salud cuando se consume dentro de los límites establecidos.
¿La sacarina es saludable? Evidencia científica
La seguridad se refiere a la ausencia de daño evidente en condiciones controladas. La salud, en cambio, incluye beneficios adicionales que no siempre están presentes en edulcorantes artificiales como la sacarina.
Para responder a si un alimento, dieta, elemento, etc. es saludable, debemos realizar un razonamiento como el que te explico en este artículo.
A continuación, revisamos aspectos clave:
Impacto en el metabolismo
- Regulación glucémica: no hay pruebas concluyentes de que la sacarina afecte negativamente la regulación del azúcar en sangre comparada con bebidas que no la llevan, aunque estudios limitados generan incertidumbre.
- Peso corporal: los datos sobre su efecto en el control del peso son contradictorios. Parece que es peor que otros edulcorantes en ese aspecto [estudio].
Absorción y eliminación
La sacarina es absorbida rápidamente por el tracto gastrointestinal y excretada sin cambios a través de la orina. Sin embargo:
- Transmisión al feto: estudios recientes demuestran que la sacarina cruza la placenta y llega al feto, lo que genera preocupaciones sobre su seguridad durante el embarazo.
- Presencia en leche materna: también se ha detectado en la leche materna, exponiendo a los lactantes a este compuesto.
Edulcorantes y riesgo cardiovascular
👌Un artículo publicado en Nature Medicine en 2023 examinó los efectos del eritritol, otro edulcorante artificial ampliamente utilizado.
Los investigadores analizaron a más de 4,000 personas en Estados Unidos y Europa y encontraron una relación entre niveles más altos de eritritol en sangre y un mayor riesgo de eventos cardiovasculares como ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares.
Además, estudios de laboratorio mostraron que el eritritol podría favorecer la formación de coágulos sanguíneos al interactuar con las plaquetas. Este hallazgo alarmó a muchos, pero es importante analizarlo con precaución.
¿Qué pasa con la sacarina?
Aunque el estudio no incluye a la sacarina, resalta un problema común en la investigación sobre edulcorantes: la causalidad inversa y los factores de confusión.
En términos sencillos, esto significa que las personas con condiciones de salud subyacentes, como obesidad o diabetes, suelen consumir más edulcorantes artificiales en un intento de reducir el azúcar en su dieta. Esto podría explicar por qué los niveles altos de eritritol (o sacarina) en sangre están relacionados con mayores riesgos de salud.

☝️ Un ejemplo humorístico de causalidad inversa: ¿el matrimonio hace a las personas más felices, o las personas felices son más propensas a casarse? Dilbert lo explica con su característico sarcasmo.
Ejemplo: ¿causa o consecuencia?
Imaginemos dos personas:
- Persona A: tiene obesidad y consume edulcorantes artificiales para evitar el azúcar. Su riesgo de enfermedad cardiovascular ya es alto debido a su condición de base.
- Persona B: tiene una dieta equilibrada, consume azúcar en moderación y no usa edulcorantes.
Si un estudio encuentra que los consumidores de edulcorantes tienen más ataques cardíacos, ¿significa que los edulcorantes los causaron? No necesariamente. Puede ser que las personas con problemas de salud ya existentes (como la Persona A) usen más edulcorantes y, por tanto, tengan mayores riesgos cardiovasculares debido a su condición previa, no al edulcorante.
Importancia de estudios a largo plazo
Los científicos coinciden en que se necesitan más estudios para separar estas causas y efectos. Mientras tanto, las recomendaciones sugieren usar edulcorantes con moderación, teniendo en cuenta tus condiciones de salud y consultando a un médico o nutricionista.
En el caso de la sacarina, aunque su seguridad ha sido evaluada por organismos como la EFSA, su impacto en la salud a largo plazo aún requiere mayor investigación para entender completamente sus efectos.
¿Cómo afecta la sacarina a la glucosa e insulina?
Un estudio reciente publicado en Diabetes & Metabolic Syndrome: Clinical Research & Reviews evaluó los efectos de la sacarina en los niveles de glucosa e insulina en hombres jóvenes y sanos. Este estudio, aunque limitado en tamaño, arroja luz sobre el impacto agudo de este edulcorante no nutritivo.
📝 Diseño del estudio
- Participantes: 9 hombres sanos con un índice de masa corporal promedio de 21.4 kg/m².
- Intervenciones: los participantes consumieron 300 ml de agua, agua con 75 g de sacarosa (azúcar común) o agua con 240 mg de sacarina (equivalente en dulzura a los 75 g de azúcar). Cada intervención fue seguida de un desayuno estándar.
- Mediciones: se analizaron niveles de glucosa en sangre e insulina en diferentes intervalos hasta 180 minutos después del consumo.
🟢 Resultados clave
- Glucosa en sangre: no se observaron diferencias significativas en los niveles de glucosa entre las pruebas con agua y sacarina, lo que indica que la sacarina no tiene un efecto glucémico notable en el corto plazo ✅.
- Insulina: las diferencias no fueron estadísticamente significativas. Sin embargo, se identificó un aumento inesperado en insulina entre los 120 y 180 minutos, lo que plantea preguntas sobre sus posibles efectos a largo plazo.

☝️Representación de canales iónicos en la membrana celular, fundamentales para procesos como la regulación de glucosa en la diabetes tipo 2. Fuente.
¿Afecta la sacarina al metabolismo y la microbiota?
Otro estudio reciente, publicado en el marco de un ensayo clínico aleatorizado y controlado, analizó los efectos del consumo de sacarina en la glucosa, la insulina y la microbiota intestinal.
- Participantes: 23 personas saludables (hombres y mujeres) con un índice de masa corporal ≤ 25 kg/m², que consumían menos de una bebida dietética o una cucharadita de edulcorante no calórico a la semana.
- Intervenciones: los participantes fueron divididos en cuatro grupos para consumir diariamente, durante dos semanas, cápsulas con:
- Placebo.
- Sacarina (400 mg/día, el máximo permitido por la ingesta diaria admisible [ADI]).
- Lactisol (670 mg/día), un inhibidor de los receptores de sabor dulce (STR).
- Sacarina + Lactisol.
- Evaluaciones: pruebas de tolerancia oral a la glucosa (OGTT), análisis de sangre y recolección de muestras fecales antes y después del tratamiento.
- Glucosa e insulina:
- No se encontraron diferencias significativas en los niveles de glucosa o insulina entre los grupos tratados con sacarina y el grupo placebo durante el OGTT.
- Los resultados sugieren que la sacarina no afecta de manera aguda la tolerancia a la glucosa en individuos sanos.
- Microbiota intestinal:
- El consumo de sacarina no alteró la diversidad ni la composición de la microbiota intestinal en comparación con el placebo.
- A diferencia de estudios anteriores que vincularon la sacarina con disbiosis (alteraciones de la microbiota), este trabajo no encontró cambios relevantes. Probablemente, por el diseño.
Conclusiones clave
- Efectos metabólicos: a corto plazo, el consumo de sacarina no parece influir en la glucosa, la insulina ni la microbiota intestinal en personas saludables.
- Importancia clínica: estos resultados respaldan que el uso de sacarina dentro de los límites recomendados es seguro para el manejo del peso y el control calórico en personas sanas.
- Limitaciones: aunque el estudio fue riguroso, su duración (2 semanas) no permite evaluar efectos crónicos.

Conclusión
🤓 La evidencia científica actual nos dice que la sacarina es segura cuando se consume dentro de los límites establecidos por organismos como la EFSA, que ha elevado su IDA a 9 mg/kg de peso corporal al día.
▶️ Sin embargo, la seguridad no implica necesariamente que sea saludable. Estudios recientes indican que, aunque la sacarina no parece afectar de manera significativa la glucosa, la insulina ni la microbiota intestinal a corto plazo, aún se desconoce su impacto a largo plazo en la salud metabólica y cardiovascular, especialmente en poblaciones vulnerables como mujeres embarazadas o personas con enfermedades metabólicas.
Además, aunque se han asociado otros edulcorantes con efectos adversos como el riesgo cardiovascular, estos resultados suelen estar influenciados por factores de confusión y causalidad inversa 🤔.
En este contexto, la sacarina puede ser una alternativa aceptable al azúcar para el control calórico, pero… ¡cuanto mayor sea la proporción de alimentos vegetales integrales, mejor!